- ¿Cuántas veces se puede repetir la tristeza por el mismo evento considerando los mismos estímulos, las mismas personas pero en etapas diferentes de la vida? ¿Cuántas veces puedo cuestionar estrategias y consecuencias de la reacción que causa cualquier acción involuntaria o premeditada y, más aún, sopesar el impacto que tendrá en mi vida ya sea pasada como futura? ¿Cuántas veces puedo rebelarme ante la mentira o la ignorancia?
- Las veces que quieras, pero recuerda que mi paciencia tiene límites.
- Así como tu supuesta perfección.
- ¿A qué te refieres?
- ¿Cómo puedes ser perfecto si creaste un mundo con la falencia latente?
- ¿Falencia latente? ¿Me estas hablando de fallas? ¿A qué fallas te refieres?
- ¿Cómo que a qué fallas? Escucha, oh, padre mío. Este mundo está lleno de fallas. Nadie pidió llegar al mundo para ser sometido a pruebas o tener que vivir rodeado de enfermedades, fragilidad y muerte.
- Pero esto es mi regalo de vida que otorgo al ser humano. Hacer cosas por el avance, la comprensión, la humanidad. Desde un punto de vista teocéntrico, por supuesto. Se hace un llamado a ser buenos, a obrar con santidad en un mundo pecaminoso. Sólo así el hombre logrará la vida eterna.
- ¿O si no…?
- ¿A qué te refieres?
- O si no qué, poh…
- Bueno, tú sabes. La paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna.
- No estoy conforme, para nada.
- Eres un malagradecido.
- ¿Mal agradecido por qué?
- ¿Cómo? ¿Acaso no agradeces el precioso regalo de la vida?
- Explícame qué es la vida sino el estar muriendo con cada día que pasa. No entiendo tu conformismo como consecuencia en la raza humana. ¿No te parece injusto? A eso me refiero… Actúa como dicen las escrituras y vivirás para siempre. O si no…
- ¡¿O si no qué!?
- Los envías directamente al infierno… ¡por la chucha!
- No existe el infierno. Sólo un castigo discreto al pecador.
- Da lo mismo si existe o no. Lo que realmente importa es el sometimiento a pruebas que se imponen a un ser que en primer lugar no pidió tal “privilegio”. ¿Entiendes lo que te digo?
- Satánico. Satanás invade tus pensamientos. Es él quien habla por ti.
- No. Entiende lo que te quiero decir. Estás como los pinochetistas, si no pienso como ellos, soy marxista o comunista. No una persona pensante. ¿Es que te molesta que piense por mí mismo? ¿Es un pecado eso también? Según lo que dices, seguir al pie de la letra los mandamientos es sinónimo de salvación.
- Exacto.
- Pero esos mandamientos pueden ser abolidos cuando te convenga.
- ¿Perdón?
- Sí pues, no matarás… pero “tu pueblo” es el de los más belicosos que ha existido en la tierra… o sea para ellos es “no matarás… pocas personas…” “No robarás” pero para tu gente errante el robar con cuello y corbata se ha convertido en una tradición. También debería ser “No robarás… pocas riquezas… o los recursos de un país” y así sucesivamente… no cometerás adulterio, no fornicarás… ¿Acaso los primeros hombres contaron con un cura que los casara? ¿O el incesto es lícito cuando te conviene solamente? Tu libro está lleno de incongruencias, es un libro político más que religioso, es una historia sobre mitos y leyendas, sobre milagros que ahora no se ven… ¿o el poder de revivir muertos, subir al cielo en carros de fuego, separar las aguas, etcétera, está pasado de moda?
- Mira cretino… deja de hablar estupideces… mira que nada me cuesta enviarte a la tierra para que te crucifiquen de nuevo.
- No te preocupes. La crucifixión ya no está de moda… ahora la tortura son los realitis, las teleseries del trece, la concertación y la alianza.
- ¡No! La alianza es por un país mejor. Una nación lejana al odioso comunismo y el asqueroso marxismo.
- Qué sabes tu acerca del marxismo… deletrea “marxismo”.
- Eme, A, Ere, Ce, Ce… No, no… espera… A, Eme… No, no… Eme, A, A… A… A… AAAA… ándate a la conchetumadre.
- Ya sacaste el chuncho que llevas dentro.
- No soy chuncho, soy evertoniano.
- ¿De cuándo? Nómbrame al arquero de Everton.
- Ehhh… Pelé.
- Imbécil, Pelé fue el primer hombre en pisar la luna.
- No estúpido, es arquero de Everton.
- Deletrea “estúpido”
- E, ese, pe… No, no… Ese… tu… pe i… do
Da lo mismo quién, pero de un momento a otro la violencia surgió desde las paredes del manicomio y de tanta discusión uno agarró a otro, le bajó los pantalones y comenzó a sodomizarlo. Pero no era cualquier tipo de sodomización, era una con actitud, con desplante escénico. Hay internos que dan fe de una buena técnica y hasta palmaditas en el trasero.
Ocurrió lo inevitable y un clímax seguido de una buena eyaculación dio buen termino a la tortura.
- Ohhhhh. La cagué –dice el sodomizador mirando su lánguida herramienta.
- ¿Viste? Al final igual te cagué –concluyó el sodomizado subiéndose los pantalones.
- Las veces que quieras, pero recuerda que mi paciencia tiene límites.
- Así como tu supuesta perfección.
- ¿A qué te refieres?
- ¿Cómo puedes ser perfecto si creaste un mundo con la falencia latente?
- ¿Falencia latente? ¿Me estas hablando de fallas? ¿A qué fallas te refieres?
- ¿Cómo que a qué fallas? Escucha, oh, padre mío. Este mundo está lleno de fallas. Nadie pidió llegar al mundo para ser sometido a pruebas o tener que vivir rodeado de enfermedades, fragilidad y muerte.
- Pero esto es mi regalo de vida que otorgo al ser humano. Hacer cosas por el avance, la comprensión, la humanidad. Desde un punto de vista teocéntrico, por supuesto. Se hace un llamado a ser buenos, a obrar con santidad en un mundo pecaminoso. Sólo así el hombre logrará la vida eterna.
- ¿O si no…?
- ¿A qué te refieres?
- O si no qué, poh…
- Bueno, tú sabes. La paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna.
- No estoy conforme, para nada.
- Eres un malagradecido.
- ¿Mal agradecido por qué?
- ¿Cómo? ¿Acaso no agradeces el precioso regalo de la vida?
- Explícame qué es la vida sino el estar muriendo con cada día que pasa. No entiendo tu conformismo como consecuencia en la raza humana. ¿No te parece injusto? A eso me refiero… Actúa como dicen las escrituras y vivirás para siempre. O si no…
- ¡¿O si no qué!?
- Los envías directamente al infierno… ¡por la chucha!
- No existe el infierno. Sólo un castigo discreto al pecador.
- Da lo mismo si existe o no. Lo que realmente importa es el sometimiento a pruebas que se imponen a un ser que en primer lugar no pidió tal “privilegio”. ¿Entiendes lo que te digo?
- Satánico. Satanás invade tus pensamientos. Es él quien habla por ti.
- No. Entiende lo que te quiero decir. Estás como los pinochetistas, si no pienso como ellos, soy marxista o comunista. No una persona pensante. ¿Es que te molesta que piense por mí mismo? ¿Es un pecado eso también? Según lo que dices, seguir al pie de la letra los mandamientos es sinónimo de salvación.
- Exacto.
- Pero esos mandamientos pueden ser abolidos cuando te convenga.
- ¿Perdón?
- Sí pues, no matarás… pero “tu pueblo” es el de los más belicosos que ha existido en la tierra… o sea para ellos es “no matarás… pocas personas…” “No robarás” pero para tu gente errante el robar con cuello y corbata se ha convertido en una tradición. También debería ser “No robarás… pocas riquezas… o los recursos de un país” y así sucesivamente… no cometerás adulterio, no fornicarás… ¿Acaso los primeros hombres contaron con un cura que los casara? ¿O el incesto es lícito cuando te conviene solamente? Tu libro está lleno de incongruencias, es un libro político más que religioso, es una historia sobre mitos y leyendas, sobre milagros que ahora no se ven… ¿o el poder de revivir muertos, subir al cielo en carros de fuego, separar las aguas, etcétera, está pasado de moda?
- Mira cretino… deja de hablar estupideces… mira que nada me cuesta enviarte a la tierra para que te crucifiquen de nuevo.
- No te preocupes. La crucifixión ya no está de moda… ahora la tortura son los realitis, las teleseries del trece, la concertación y la alianza.
- ¡No! La alianza es por un país mejor. Una nación lejana al odioso comunismo y el asqueroso marxismo.
- Qué sabes tu acerca del marxismo… deletrea “marxismo”.
- Eme, A, Ere, Ce, Ce… No, no… espera… A, Eme… No, no… Eme, A, A… A… A… AAAA… ándate a la conchetumadre.
- Ya sacaste el chuncho que llevas dentro.
- No soy chuncho, soy evertoniano.
- ¿De cuándo? Nómbrame al arquero de Everton.
- Ehhh… Pelé.
- Imbécil, Pelé fue el primer hombre en pisar la luna.
- No estúpido, es arquero de Everton.
- Deletrea “estúpido”
- E, ese, pe… No, no… Ese… tu… pe i… do
Da lo mismo quién, pero de un momento a otro la violencia surgió desde las paredes del manicomio y de tanta discusión uno agarró a otro, le bajó los pantalones y comenzó a sodomizarlo. Pero no era cualquier tipo de sodomización, era una con actitud, con desplante escénico. Hay internos que dan fe de una buena técnica y hasta palmaditas en el trasero.
Ocurrió lo inevitable y un clímax seguido de una buena eyaculación dio buen termino a la tortura.
- Ohhhhh. La cagué –dice el sodomizador mirando su lánguida herramienta.
- ¿Viste? Al final igual te cagué –concluyó el sodomizado subiéndose los pantalones.