lunes, 29 de octubre de 2007

Lo peor de los 80's


Me acuerdo muy bien de los 80’s. Recuerdo los Muppets, Magnetoscopio Musical, Cocinando con Mónica, Un minuto en la moda, los Peta Zetas, las RC Colas, los dulces de a peso, las guagüitas, los camotes, los Mordiscos, Los helados que inventaba Savory con cada película que salía como el Láser, Drácula y Superman; Condorito y Coné de Bresler, Vamos a Ver con Raúl Matas, Remi, Fuerza G, El Festival de la Una, Luis Miguel y su bufanda blanca, Eddie Murphy interpretando a Axel Foley en Un Detective suelto en Hollywood, Marty MacFly, Chayanne, Juan Antonio Labra, el rock latino y todos sus “enlacados, permanentados y platinados” exponentes, otros como Cyndi Lauper, Rick Astley, George Michael, Madonna, Michael Jackson, uuufff… la lista es interminable.
Por favor que levanten la mano las personas que tengan más de 30 años y que no se sientan avergonzados cuando ven un video familiar donde salen con jopos, chasquillas paraguas, tenidas amasadas, pantalones aflautados o nevados, mocasines y calcetines blancos. Quién me puede decir que cuando ve un video suyo de los 80’s y principios de los 90’s no se caga de vergüenza. Hay minas que aún no se explican cómo pudieron hacerse esas chasquillas o esas permanentes. Los 80’s. Toda una catástrofe de la moda. En ese entonces yo era chico y mis padres poco permisivos, así que podría decir que me salvé.
Lamentablemente no sólo la moda fue lo peor de esa década y por desgracia, de eso no me pude salvar.

Un grupo de talentosos y adinerados jóvenes salió del país para estudiar en EE.UU. Emprendieron el viaje con la preocupación latente que el modelo económico imperante en Chile en los 70’s, bajo el gobierno del Presidente Allende, no era de los mejores y debía ser sustituido. Así, fueron en búsqueda de las teorías impuestas por economistas de la Escuela de Chicago, como Milton Friedman. La idea era traer grandiosas ideas para mejorar nuestra política económica.

Aún escucho el eco de algunas palabras. Palabras de inicios de los 80’s: La gran recesión mundial, economía social de mercado, concepto muy escuchado durante la Guerra Fría y en las rutinas del Coco Legrand, los Chicago Boys, las AFP, las Isapres, sistema económico Neoliberal.
De nuestras mentes de niños surgían inocentes bromas. Por ejemplo, cuando un niño tenía sus pantalones o zapatillas rotas (si es que tenía zapatillas) le decíamos: “Este, este… al este lo pilló la recesión” (en ese tiempo todos alguna vez nos llamamos “este”. “Este” era un pronombre demostrativo que se utilizaba cual comodín reemplazando cualquier nombre, incluso el de las niñas por el de “esta”. Repudiado por los profesores, padres y apoderados. Muy famoso en esa década). O cuando otro pendejo decía: “jelou” o “de doar” simulando un inglés mal articulado. La respuesta inmediata era: “Salta pal lao, Chicago boy”. Estupideces de esa categoría. También recuerdo los “réclames amigables” para cambiarse “voluntariamente” del conveniente INP hacia las nuevas y beneficiosas AFP, producto estrella traído a Chile por Büchi y asociados. (Réclame es lo que se conoce ahora como pausa publicitaria, spot publicitario, pauta publicitaria o comerciales)
Recuerdo la presión ejercida hacia mi madre. Esa “cordial” invitación a cambiarse de un sistema a otro estaba asignada a todos los jefes. Ellos debían decirle a sus empleados: “Tiene que afiliarse a alguna AFP o ........” Ese "o" ahora se responde con "o qué". En ese tiempo se utilizaba prolíficamente cual estrategia de Gestapo, muy apropiada en esa coyuntura de nuestra historia.

Los escudos pasaron a ser pesos. El dólar, que estaba congelado en los 39 pesos y que beneficiaba las inversiones para crear negocios, se elevó de forma desvergonzada. Su aumento, propiciado por estos genios, llevaron a muchas empresas a quebrar. Muchos optaron por los beneficios que entregaba el maldito Pinochet y su gabinete. Otros prefirieron poner un revolver en su sien, apretar el gatillo y terminar con sus problemas.
Sin ir más lejos mi viejo compró un bus en dólares. Los peos le salían cuadrados cuando tuvo que enfrentar el aumento de la moneda americana.

Esto es del demonio. Así de simple. Este modelo económico pudo haber sido bueno, pero tiene defectos que hacen que su simiente se derribe y queden sólo los escombros vergonzosos de un robo de cuello y corbata.
Es un sistema totalitario impuesto por los gringos. Se supone que este modelo debía ser pro-mercado, pero terminó siendo pro-empresa, beneficiando siempre al más adinerado.
Este bendito modelo promueve los intereses de las patronales y considera contraproducente la intervención del estado en materia social o económica. Aduce que el mejor garante del equilibrio y crecimiento económico es el libre mercado capitalista.
Es demasiado beneficioso para los más ricos.

Leí por ahí que la fortuna sumada de las 10 personas más ricas del mundo equivale una vez y media a los ingresos de todos los países menos desarrollados juntos. Y es una lata que a estos pilluelos no les sea contradictorio con el modelo que el 4% de los ingresos de 360 personas -que acumula tanta riqueza como la mitad de la población mundial- sea suficiente para resolver los problemas de todos los pobres; ni que la fortuna de tres de esas personas sea igual al PBI de los 48 países más pobres del planeta.

Todo gracias a ese dichoso modelo. Ahora me explico la incesante cruzada en contra del comunismo y el socialismo que mantienen las naciones que se alían en favor del egoísmo.
El Neoliberalismo le conviene a una pequeña tribu de este país, una tribu que deja ingresar a pocos y excluye a muchos. Y la tribu, aunque en cantidad es exigua, tiene un poder inimaginable por sobre las masas. Pero no es un poder intelectual, ni cultural, ni siquiera una esbozo de liderazgo. Sólo es el poder que subyuga a la gente mediante la presión económica y fija monopolios en el mercado.

Pero como dice mi buen amigo Cristian: Todas las Jaws, incluso las más terribles, tiene otras Jaws encima. (Jaws: Fauces, mandíbulas. Término gringo que se utiliza en mi trabajo para referirse a los líderes que basan su “poder” en la prepotencia, la amedrentación y el desprecio hacia los seres humanos)
Y así, como en un país se refleja ese fenómeno, lo podemos ver a nivel mundial.
¿Por qué los gringos son los generales en esta lucha por teñir el mundo del mismo color? Porque les conviene. Ellos son los ricos del planeta, y Chile sólo es clase media-baja y eso hace que nuestro país sea un simple monigote de los gringos para hacerse aún más ricos.
Es sólo por el inmundo dinero que salen con sus tanques, aviones e infantería. Es por dinero que mandan a "sus" hombres al sacrificio para convencer al mundo mediante la fuerza. Es por eso que atacaron Viet-Nam. En esa nefasta guerra murieron más de 1 millón de vietnamitas -entre civiles y militares- a diferencia de los del águila calva, que tuvieron cerca de 56 mil bajas.
Fue por control que lucharon por desmantelar la Unión Soviética. Y no fue una lucha atruísta, a un egoísta no le gusta compartir. Es por recursos que todavía le dan batalla mediática a Fidel. Alguna vez tuvieron Cuba y ahora la quieren de regreso.
Fue el dinero y la intervención extranjera que motivó el golpe militar en nuestro país. Qué lamentable que la cicatriz indeleble que marcó a esta sociedad se haya originado por un fin tan bajo.

El dinero cambia de forma y nombre, los gringos tienen una maravillosa virtud de distorsionar los conceptos semánticos a nivel mundial. Por ejemplo el dinero es igual a petróleo, al petróleo le llaman armas de destrucción masiva, Saddam, talibanes o guerrillas. Al control mundial le dicen armonía.

Chicago Boys, AFP, Isapres, Neoliberalismo. Nunca pensé que esas palabras fueran más que eso. Nunca imaginé que serían un concepto que afectaría mi vida completamente.
Les juro que en los 80’s, éste hubiese sido un guión ganador del Oscar. Algo así como: “En nuestra categoría terror futurista el ganador es…” Qué naves espaciales, qué alienígenas, qué viajes en el tiempo. El verdadero terror es la realidad que debemos enfrentar.
Algo está mal y como dice mi amigo Pacheco: “está mal pelao el chancho”.
Lo veo día a día, donde los más fuertes económicamente se ven beneficiados en desmedro de los que tienen menos recursos.

Trabajo en una empresa privada. No sé cómo son las otras. Tampoco sé como funcionan las estatales o municipales. No sé qué pasa. La gente de trabajo como obreros, empleados de oficina, secretarias, juniors, ejecutivos de venta, incluso profesionales ganan menos del promedio que fija la famosa “Renta acorde al mercado” que se supone, es uniforme en ciertos niveles.
¿Pero quién mierda fija esa cifra? O sea, quién tiene el valor moral para sobrellevar esa sensible y delicada responsabilidad. Quién mierda dictamina la famosa Renta. Seguro que es un grupillo de hueones que ganan muchísimo más por sobre el mercado.
Pero qué es el mercado. En cualquier diccionario encontramos esa respuesta. Pero en Chile, mercado es la máscara que luce una mentira que lleva décadas haciendo de las suyas y beneficiando sólo a algunos.
El Neoliberalismo distorsionado que impuso la dictadura militar y que ha sido administrado y validado por la concertación, ha llevado al empobrecimiento de muchos de nuestros compatriotas.

No sé si nací en el siglo equivocado, no sé si entiendo mal, no comprendo muchas cosas. No digo que no me guste el dinero. No digo que no me guste trabajar. Y si es por ser honesto debo sincerarme y decir abiertamente que odio mi trabajo, aunque ese no es el punto. No es que sea flojo, tampoco es un problema vocacional. Es por la sumatoria de vejámenes e injusticias. Es porque esta empresa es el ejemplo asqueroso de lo que pienso día a día.
Esto va dedicado a todas las personas que aún tienen videos y fotos de esos tiempos. Consuélense, no sólo la moda fue lo peor de los 80’s.

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